viernes, 30 de diciembre de 2016

Mi 2016

Tengo que decir, primero de todo, que no soy nada fan de los balances anuales que suelen rular por las redes todos los años en diciembre. Suele ser en septiembre dónde yo me siento a repasar lo bueno y lo malo de cada año, supongo que por culpa de los años escolares. Igualmente en mi cabeza el 2016 que abarca de enero a junio y el que abarca de septiembre a diciembre han sido años totalmente distintos. 


Bueno dicho esto, aquí estoy en la biblioteca, decidiendo que asignatura me da menos pereza estudiar. Después de un rato pensado he decidido que me dan pereza todas, así que me he puesto a ver vídeos youtube. Entre estoy vídeos estaba el de una amigo que ha querido plasmar su 2016 en imágenes y palabras . Entonces es cuando me he puesto a pensar y le he echado un ojo a este año desde una perspectiva un poco más global y haciendo un poco de balance de todo lo que ha ocurrido. 

Mi años, como ya he dicho, normalmente son divididos en dos, separados por esa época maravillosa que se encuentra en tierra de nadie llamada verano. Dos etapas demasiado parecidas y que a la vez no tienen nada que ver.

Una primera de caídas, golpes, de "aguanta que ya queda poco", de decir "esto no es lo que esperaba" demasiadas veces. Como una carrera de obstáculos en la que te quedan pocos metros, pero ya has tropezado con todas las vallas y has caído en el lago. Estás empapado, tienes cardenales por todo el cuerpo y las piernas no te responden.

Y luego llegó el verano, calmándolo todo, haciendo que el tiempo se parase. No fue un verano de grandes experiencias (salvo algún que otro viaje), fue un verano de descansar, de coger aire y fuerzas para enfrentarme a la segunda parte de este año.

También fue un verano de revelaciones, De estos de sentarte bajo el sol a pensar, de dar largos paseos, y caminar, sobre todo caminar mucho.

Después de muchas horas meditando bajo el sol veraniego, llegó septiembre, temido septiembre. Un mes de inquietudes, de querer cambiar muchas cosas en la vida en muy poco tiempo y sobre todo de miedo. Porque recuerdo vivir ese septiembre con un miedo horrible a cometer los mismos errores, a dar los mismos pasos, y a volver a pasar por los mismo golpes.

Y aquí llega la segunda parte del año, tan parecida y diferente a la primera. Fueron unos meses en que decidí arriesgarme, quise cambiar cosas de mi vida y luché, sobre todo luché. Y aquí nos plantamos, en diciembre, con algunas de la batallas ganadas y otras a las que sigo enfrentándome.

No obstante, hagamos un esfuerzo por recopilar todo lo bueno que me ha proporcionado este 2016 (que no ha sido poco). Este año me ha enseñado a no rendirme bajo la adversidad, a intentar ganar confianza en mí misma, a sentirme orgullosa de mis logros y levantarme ante mis caídas, a intentar confiar en las personas y, así como, a saber elegir bien las relaciones, decidir que personas suman y cuales restan y eliminar los vínculos con aquellos que no aportan nada.

Un año más el camino recorrido de uno siempre se hace más ameno cuando va acompañado y tengo que agradecer a todas las personas maravillosas que he conocido este 2016, a los que siempre han estado ahí pese a todo, y a todos los que creía conocer y han conseguido sorprenderme. Nunca me he sentido 100% responsable de mis logros y creo que el 50% es mérito de toda la gente que me apoya.

Muchas gracias a todos los que han hecho de este 2016 un gran año.

¡SED BUENOS SI PODÉIS!


No hay comentarios:

Publicar un comentario